Tengo una amiga abogada. Hice trabajos para ella, me defendió.
Le hice ganar plata, me hizo ganar plata. Somos buenos amigos. Mi amiga tiene
un cuento de abogados. Este adolescente que es condenado a varios años de
prisión, y que le grita al juez, cuando se lo llevan: “¡Écheme años como arroz!
¡Soy joven!” La arrogancia de la juventud. El razonamiento absurdo dominante
que establece que, como soy joven, tengo que perder el tiempo. El tiempo vale
siempre lo mismo. Un minuto es un minuto cuando tenés veinte y cuando tenés
noventa. Siempre es mejor usarlo bien que usarlo mal.